martes, 22 de octubre de 2013

La crisis en España 4. Sistema caduco.

La Europa medieval era una Europa de grandes terratenientes. Grandes señores, condes, duques, marqueses, reyes que se alzaban en armas contra los enemigos en el nombre de valores que decían defender, pero en realidad su único pretexto era la riqueza, la tierra y el poder.

Esos señores llegaron a España. Suevos, Vándalos, Visigodos y Alanos en un principio, hasta quedar solo Suevos y Visigodos, aprovechando la brecha del imperio romano que acabó con la desaparición del imperio de occidente.

De ahí, empezaron a formar castas, nobleza terrateniente que poseía la tierra y un sinfín de campesinos trabajadores a su servicio bajo el contrato de vasallazgo con el cual el señor feudal aportaba protección al campesinado a cambio de gran parte de la producción de sus tierras y otras tantas comisiones desiguales.

La tierra y sus bienes fueron a parar a las manos de unos pocos, extremadamente ricos, que apretaba al pueblo cuanto más podía para exprimir sus recursos cuanto más mejor.

Hubo épocas de lucidez en la que los grandes pensadores españoles (especie rara en vías de extinción y siempre amenazados por el catetismo nacional) trataron de repartir los bienes que no se aprovechaban entre el pueblo y el Estado.
Desamortizaciones de las tierras que los señores y nobles no aprovechaban.
Estas ideas surgieron primero en época de Carlos III. Siguiendo las ideas de los ilustrados Pablo de Olavide y Gaspar Melchor de Jovellanos, el conde de Floridablanca, ministro de Carlos III, pudo poner en marcha su plan de desamortización que llegaba desde tierras baldías (sin uso o uso poco provechoso) para venderlas a quienes les sacaran rendimiento y así formar las Cajas Provinciales (arcas con las que luego se pagaban las obras públicas), hasta las mismas tierras de la iglesia en desuso completo, llamadas "manos muertas", ya que eran tierras acumuladas de donaciones, testamentos y abintestados (herencias no reclamadas).

Por una parte se llegó a generar riqueza de tierras olvidadas y no usadas y una pequeña parte de la riqueza que la iglesia atesoraba pudo ser repartida entre el pueblo para poder seguir creciendo y ascendiendo económicamente.
Por otra, por desgracia, generó una casta de latifundistas que conseguían reunir grandes cantidades de terreno comprado al Estado en subastas.

Durante el reinado de Carlos IV tuvo lugar la desamortización de Godoy, mucho más severa que atacó directamente a las posesiones de los jesuitas, a quienes desproveyó de hospitales, hospicios, Casas de Misericordia, Colegios Mayores universitarios y bienes no explotados a particulares.

Después, con las desamortizaciones de Espartero, Mendizabal y, sobretodo, la de Madoz, se declararon en venta todas las propiedades del Estado, del clero, de las Órdenes Militares (Calatrava, Montesa, Alcántara, Santiago y San Juan de Jerusalén), cofradías, santuarios, obras pías... a excepción de las Escuelas Pías y los hospitalarios de San Juan de Dios, dedicadas a enseñanza y cuidados médicos, puesto que reducían el gasto público del Estado.

De nuevo, generaron grandes latifundios, pero ayudaron a sanear la economía estatal y la hacienda pública.

Desde entonces, en los 160 últimos años apenas ha cambiado nada a ese respecto.
Las casas señoriales han gozado de su vida de renta. Cobrar por tener título nobiliario y por posesión de tierras... ¡No por la producción de estas!
Grandes casas señoriales, como el propio ducado de Alba, que posee la mayor fortuna del Estado Español, siguen cobrando de rentas. Seguimos los españoles pagándoles la vida padre a cambio de nada. Porque esos condes, duques y marqueses, que tantos hay repartidos por toda España, siguen cobrando a cambio de nada. Y, con la que está cayendo... ¿Dónde quedaron los grandes pensadores? ¡Ah! Ya... los grandes pensadores actuales son los de "agarra el dinero y corre".

En cuanto a la monarquía, actualmente no hay nada menos necesario que un sistema que acabó (o debió acabar definitivamente) con la revolución francesa de 1789. Revolución que dio lugar a las formas parlamentarias que conocemos actualmente encargadas de gobernar la nación... ¡Pero sin una familia que esté cobrando  850 mil euros anuales y 8'5 millones de euros de los Presupuestos del Estado SIN TRIBUTAR a cambio de una firma que podría hacerla un primer ministro por el "módico precio" de 70 mil euros anuales! (Sin contar que el reparto de los bienes de la casa real sacaría a una comunidad entera de la crisis).

En definitiva, la falta de ideas, la falta de pensadores y una abundancia excedente y sobrante de títulos y cargos caducos que son extremadamente costosos de mantener ha acabado, también, por meter de lleno al país en una crisis de la que va a costarle salir como se siga sin tomar medidas reales y se sigan tomando medidas que expriman más aun a quienes menos tienen.

(Haz click en la imagen para agrandar)

No hay comentarios:

Publicar un comentario