lunes, 28 de abril de 2014

No al racismo, otra vez más.

Y es que parece haber gente que no entiende que en la humanidad no hay razas, que todos somos la raza humana, que nadie está por encima de nadie y que a los demás se les debe tratar con el mismo respeto con el que le gustaría a uno que le trataran.

Pues en el estadio del Madrigal, en Villarreal, este fin de semana pasado, a algún mentecato debió pasársele todo lo contrario por la cabeza, pues mientras Dani Alves se disponía a lanzar un corner en el partido que su equipo disputaba contra el equipo valenciano, le cayó un plátano cerca desde la grada.

Lejos de enfadarse por el acto racista del ignorante que le lanzó el plátano, Dani Alves recogió el plátano, lo peló y se lo comió con toda la calma del mundo, demostrando así que no hay que dar ningún valor a ningún tipo de acto racista, y siempre hay que actuar con temple, elegancia y nobleza.
Lejos de lo que despierte el jugador fuera de lo estrictamente deportivo, ante todo siempre hay que tener respeto. Y la acción que se vivió el fin de semana pasado, así como cualquier otra acción racista, xenófoba o completamente fuera de lugar, debería ser denunciada y reducida al ridículo.
No es posible que en la época en la que vivimos, de hermandad entre etnias, de solidaridad, de esfuerzo y ayuda para todos, de querer el bien para los demás como queremos el nuestro propio, de inclusión social, de mestizaje y pluriculturalismo, de lugares cosmopolitas, y, sobretodo, de CIVILIZACIÓN, exista gente retrógrada y cavernaria que constantemente vive con rabia y complejo y trate de insultar y humillar a los demás porque no sean capaces de aceptarse a sí mismos.

Por eso, yo, como Sergio Agüero, como Neymar (y su hermana) e incluso Mariló Montero "Las mañanas de la 1, TVE1", y como el propio Dani Alves, voy a comerme un plátano porque yo también soy humano como todos ellos.

Quiero hacer una aclaración. El desnortado que lanzó la fruta en el Madrigal, así como los mentecatos y tuercemalvas que se dedican a proclamar insignias racistas en otros campos de fútbol o ámbitos, no tienen nada que ver con el resto de aficionados al deporte en general, sean del Villarreal, del F.C.Barcelona, del Real Madrid, del Betis (m'anque baje a segunda, para mí siempre va a ser de primera), o del equipo o entidad que sea. Me consta que la mayoría de personas denuncian y son totalmente contrarios a cualquier acto racista. Así que un 10 por la gente con sentido común que respeta a los demás como quieren que se les respete a ellos y un 0 por aquellos acomplejados quienes no acaban de entender que todos somos humanos y sentimos de igual modo.


viernes, 25 de abril de 2014

Fallece Tito Vilanova, hoy 26/04/2014.

Tras dos años y medio de larga lucha contra un cáncer de glándula parótida, el ex entrenador del F.C. Barcelona, Tito Vilanova, nos deja hoy, después de habernos llenado el alma de ilusiones y los ojos de ensueño.

El fútbol queda un poco más huérfano aun, pues la muerte no tuvo suficiente con llevarse hace casi dos años a Manuel Preciado (54 años), tan querido entrenador del Sporting de Gijón y gran entendedor del llamado deporte rey, sino que ahora, también, nos priva de la buena fe de Vilanova (45 años).

La mayoría lo recordaremos levantando el último trofeo de liga que ganó el Barça, junto a Eric Abidal, quien también padeció un cáncer hepático la misma temporada, pero del cual pudo recuperarse satisfactoriamente.

Imagen extraída de fcbarcelona.com

 Otros lo recordamos, además, por sus temporadas como jugador en el Celta de Vigo, en el Badajoz, en el Mallorca, Lleida, Elche, o incluso la Gramanet o la U.E. Figueres... (recuerdo con gracia la de veces que me salió repetido su cromo en los álbumes de Panini de la temporada 94/95 cuando jugaba con el Celta).

Imagen de mundodeportivo.com

Pero todos le tenemos en mente por haber sido la gran persona que ha sido, por haber dado ejemplo de templanza y bondad, pues ni con la prensa tuvo encontronazos. Por haber compartido con todos sus buenos deseos y por sus ganas de seguir luchando hasta el final, al lado siempre de su familia y de la gente que más le quiso.

Imagen extraída de www.fcbarcelona.es

Siempre pensaba que la muerte parece querer llevarse especialmente a las buenas personas... pero lo que realmente pienso ahora es que a las buenas personas se las recuerda, se las aprecia, se las homenajea, se las aplaude y se las añora, en cambio a los que hicieron mal no se les tiene en cuenta en su hora.
Por eso...
Por todo lo que has dejado al fútbol como jugador y como entrenador y por todo lo que has dejado al mundo como persona, gracias Tito y hasta siempre. Que allá donde estés sigas brillando como siempre lo has hecho.

martes, 22 de abril de 2014

Ávila y Collado de Contreras. Ecce Vilae!

Bien es cierto el dicho ¡ancha es Castilla!, pues por Ávila, mirase por donde se mirase, se extendía la meseta como un manto verde de kilómetros y kilómetros de cebada, centeno y colza.

Por fin crucé al oeste de Madrid y me topé con la tierra milenaria, con la cuna de Santa Teresa de Jesús (Ávila) y de San Juan de la Cruz (Fontiveros).
Extenso terreno de contemplación y trabajo, de ora et labora, de pequeños pueblos interconectados por caminos y carreteras y anchos campos de siembra que te hacen perder la mirada sin encontrar una sola montaña (quizá alguna lejana sí).

Y para empezar:
Ávila.

Ciudad enmurallada que vio el paso de romanos, visigodos, musulmanes y finalmente castellanos. Sus murallas de estilo románico datan del siglo XII al XIV.

Puerta principal de Ávila.

Debajo, la catedral del Salvador, construida entre el siglo XI y el XV. Su ábside forma parte de la muralla.


File:Cimorro Catedral Ávila.jpg
Ábside de la Catedral del Salvador.

Y la Basílica de San Vicente, extra muros, de los siglos XII y XIV. Una de las piezas más bellas y simbólicas, junto a la muralla y la Catedral, de la ciudad.


Pero la joya más bella de la provincia de Ávila estaba más al norte, a unos 43 kilómetros.

Collado de Contreras.

De unos 240 habitantes, no es solo un pueblo, es un centro de vida, es un lugar de reunión y paz, un lugar de trabajo y calma, contemplación y redención, de culto y de mayúsculo esplendor.

Al poco de llegar, alguien ya me hizo conocer su preocupación por el posible plebiscito que se celebrará para decidir si se quiere que Catalunya sea un Estado independiente, pero el resto de habitantes preferían no polemizar sobre esos asuntos, al menos mientras durase mi visita.

La verdad es que sus gentes son personas amables, alegres y vitales. Estando allí durante cuatro días apenas no oí ningún achaque, y todo parecía funcionar con la precisión de un reloj suizo.
Los campos, sembrados, el ganado alimentado, dos tiendas (no me quedó muy claro dónde situadas) y dos bares, mantienen el trabajo y ocio de los pobladores bien colmado.
La mayor parte de la juventud del pueblo, no obstante, se ha decantado por estudiar carreras universitarias o buscar trabajo en grandes ciudades, cercanas, como Valladolid, Zamora, Salamanca o Madrid, o más distantes, como Barcelona (agradecido estoy porque una de sus jóvenes mozas [la más hermosa] haya acabado por mi tierra).

La iglesia situada a uno de los extremos del pueblo es el núcleo de la actividad espiritual del lugar, donde un sacerdote actualiza la iglesia a nuestros tiempos, pasando power points para acercar la fe cristiana a los más jóvenes.

A continuación, imagen de la Calle Larga con la Iglesia al fondo.




Y lo que más me gustó fue poder compartir esos cuatro días con su gente, incluso trabajando en sus tierras (si bien pude una mañana echar una mano a la familia de mi novia colocando tubos para el riego del campo... en la medida que me fue posible).







Fue una labor dura, pero la recompensa de un buen guiso de la madre de mi novia fue más que reconfortante. ¡Qué bien cocinas Beatriz! ¡Y qué bien criados tienes a los corderos Juan Carlos! (y los dos, qué bien criadas tenéis a vuestras hijas). ¡Y qué encantado me vengo del pueblo!

Pues eso, que más que un pueblo, es un centro de vida. Es un lugar, con Fontiveros, Fuente el Sauz, Arévalo (capital de comarca, con casi 8.000 habitantes, el pueblo más grande de Ávila) o la misma Ávila (59.000 habitantes), que merece ser visitado.


Ovejitas de Juan Carlos

La llanura de la zona permitía ver terreno a kilómetros de distancia sin que la vista fuera obstaculizada por ningún accidente orográfico.




Una de las calles de acceso al pueblo desde el campo (o de salida al campo).





Vista de Collado de Contreras desde el camino de acceso al campo.




 Terneritos posando.



 Una bella foto de sombras en la tierra fértil.





 Collado al fondo.






Y al otro extremo del pueblo, una laguna con patos que no tuve buen atino a fotografiar.

 Y si pudiera escribir todo el agradecimiento a la gente de Collado de Contreras por su recibimiento y su simpatía, me dispondría a hacerlo sin caer en la cuenta del sinfín de horas que se me acumularía hablando de ellos, pero ni el espacio ni el tiempo me son favorables para tan aprecio que les guardo, pues constancia de ello quería haber dejado.

Gracias a todos los habitantes de Collado de Contreras y Fuente el Sauz por haberme hecho ver que un pueblo no son solo 4 calles, unos campos y animalicos pastando, sino que son un grupo de almas y corazones que engrandecen la tierra por chica que parezca.

Con todo mi aprecio, Diego García "el catalán".

miércoles, 9 de abril de 2014

Ennui, fingido ennui.

A continuación os dejo un poema elaborado al estilo del poeta maldito (más adelante escribiré sobre ellos y detallaré en qué consistían sus obras y el carácter del poeta maldito).

Ennui, fingido ennui:

Sol en las calles, solo en el camino.
Nadie en la carretera, sin ningún destino,
Crece la distancia, se alarga el olvido.
¿Por qué me habrás dejado, oh! deseo divino?

No hay oscuridad, hay rayos en la mente,
luces que cubren sombras, brillo inteligente.
No nací poeta, ni me hice, sinceramente,
solo me he nutrido de la vida lentamente.

Me bebo el tiempo, me quiebra el día,
me pesa el cuerpo de la dura travesía,
y solo quedo con mi propia compañía.

¿Quién dijo que esto es lo que quedaría?
¿Quién pudo acertar que de todo me pasaría
y que en la calle portaría mi triste melancolía?

Ennui, fingido ennui.
Diego García Criado.


viernes, 4 de abril de 2014

Pequeño homenaje a Howard Phillips Lovecraft

En la tormenta le veo, empapado bajo su sombrero negro, recorriendo con aspecto mohíno las calles encharcadas, casi inundadas de Providence.

Y recordé sus mitos de Cthulhu mientras el agua invadía las aceras de las calles de Barcelona... pero ya no era Barcelona... y allí estaba él. Era abril del 1913, Lovecraft tendría 22 años, pues es del agosto del 1890. Y sí, su figura ya languidecía hasta tal punto de parecer querer tocar el cielo.

Su aspecto desnutrido y enfermizo apuntaban a un padecimiento retirado. Se iba, lejos, a las arboledas o las cuevas, lugares en los que él se sentía cómodo consigo mismo y en los que la fantasía le sobrevenía de forma impetuosa e irrefrenable. ¡Tenía que explicar todo aquello!
Y como por arte de magia, guiado por su necesidad, comenzó a escribir y escribir todo lo que le aterraba y fascinaba a la vez.

Un rayo quebró el cielo e impactó sobre la tierra, haciéndola retumbar y vibrar durante segundos. Me sobrecogí. ¿Sentí miedo? Quizá inquietud... puede que cierto nerviosismo. Entonces miré a todos los lados y no había nadie. Me encontraba solo. Solo en medio de un juncal bañado en barro. Y el sonido de la tormenta me seguía por más que quisiera ensordecerlo.

No obstante, Howard permanecía impasible frente aquel espectáculo, lejos ya de la ciudad, aplacado en un parapeto de rocas frente al hayal.
¡Y otro rayo perforó la tierra!
Esta vez el temblor prosiguió durante minutos. Ambos miramos al lugar donde cayó el rayo. Algo se levantó de allí. Algo enorme, gigantesco y horripilante. Apenas sí se podía distinguir entre la oscuridad de la tarde... pero su hedor era nauseabundo y penetrante. Una mezcla a pescado putrefacto y tuberías obstruidas nos abofeteó la pituitaria.

Lo veíamos venir... Aquel ser no surgió de debajo de la tierra... había viajado por el espacio. Era una especie de monstruo extraterrestre con tentáculos y olor hediondo. Me mareaba, a la par que sentía pánico. No pude evitar vomitar lo poco que comí aquel día. Y Lovecraft lo continuaba mirando, admirando, entre terror y alabanza. Entonces el escritor empezó a gritarle:- ¡Estamos en 1937, quince de marzo! ¡Y soy ateo! ¡Soy ateo!-

Mi mente era incapaz de entender aquellas palabras, ni siquiera entendía el espectáculo dantesco que se había generado en escasos minutos frente a mí. Solo podía empezar a reptar hacia atrás con las manos hundidas en barro a la vez que trataba de aguantar la respiración. Y Howard continuó:- Hoy moriré... pero no serás tú quien me mate. ¡La enfermedad se te adelantó, Cthulhu!-

¡Era cierto! La temperatura ambiental había caído muy por debajo de los 20 grados centígrados, la temperatura mínima que la salud enfermiza de Lovecraft toleraba. Eso, sumado a sus problemas de malnutrición provocaron el adelanto de su muerte. ¡Frente a su bestia!

Y como si un camión de materia putrefacta se volcara, Cthulhu cayó de bruces en el barrizal del cañaveral de detrás del hayal frente al cual se encontraban las rocas en las que el cuerpo delgado, largo e inerte de Howard Phillips Lovecraft, se desplomó para fundirse con la naturaleza.

De pronto, las nubes se disiparon, el olor a putrefacción quedó inocuo, colmado por el olor a dióxido de carbono, plomo y otros gases nocivos que la ciudad de Barcelona me lanzaba. Volvía a estar allí, en el restaurante en el que me quedé atrapado por la lluvia. El único pánico lo volví a sentir cuando vino el camarero a traerme la cuenta.

A ti también, Lovecraft, nos vemos en Providence.

Howard Phillips Lovecraft

miércoles, 2 de abril de 2014

Pequeño homenaje a Franz Kafka.

Y aquí va mi pequeño homenaje a Franz Kafka, el grajo que a pesar de las inquisiciones e imposiciones paternas nunca voló bajo. (Para los despistados, "kafka" significa grajo en checo).

Aunque atormentado y apesadumbrado, en ocasiones solo y desamparado, nadie pudo arrancarle las alas con las que volaba, por poco que fuera imaginariamente, escapando de ese mundo oscuro y carcelario que era la vida real.

Para los amantes de los números, nació en una fecha perfecta. 3 de Julio del 1883, y no lo digo por ser Cáncer, sino porque sumados el 3 y el 7 como séptimo mes del calendario , da 10, ese número tan alabado por los pitagóricos, y sumando el 1, el 8, el otro 8 y el 3 de su año de nacimiento, da como resultado 20. Sumado todo, tres veces diez. La trinidad de la perfección. Pero seguiré por otro rumbo antes de ser acusado de pertenecer a alguna logia cabalística.

Murió el 3 de Junio del 1924, a los 40 años y 11 meses. A pesar de su tormento interno, no estuvo del todo solo. Varias novias escritoras e incluso su última pareja, Dora Diamant (quince años menor que él) le acompañaron en sus últimos años.

Si bien tuvo que trabajar sin cobrar como pasador en una agencia de seguros de accidentes laborales durante un año, allí fue donde empezó su periplo como escritor. Y nos dejó obras exquisitas como la que, con su permiso, voy a versionar.
Nos vemos en Praga, amigo.

Franz Kafka


"El artista del hambre 2014"

Permanecía largas horas sentado frente a su ordenador portátil, inmóvil, pegado a una silla de escritorio, delante de un ventanal que daba a un muro de ladrillos y por el que tímidamente asomaba algún rayo de luz procedente del exterior.
Sus manos sí se movían, y vaya si lo hacían. Rápidas, ágiles, fugaces y certeras, se deslizaban por todo el teclado de aquel artilugio artístico y tecnológico que le proporcionaba la suficiente ayuda para plasmar su necesidad en una hoja de procesador de textos.

No comía. No lo necesitaba, bueno, en realidad sí, solo que no sentía esa necesidad. El sol le olvidaba y la noche le caía mientras sus huesudas manos lanzaban aspavientos por la superficie del portátil.- ¡Más, más, más, síii, quiero más!- Gritaba cuando parecía que ya estaba acabando.

Las horas se le acumulaban en la escasa carne que le quedaba... y por la calle, la gente que podía verle desde la cristalera, se lo quedaban mirando mientras se preguntaban...- ¿Es que no tiene vida? ¿No tiene familia? Se pasa la vida ahí pegado, sea la hora que sea, siempre está ahí... ¿Por qué?-.
No, obviamente la gente no podía entender que la necesidad de escribir le sobrepasaba, que le eclipsaba cualquier otra necesidad.

Así fue como el primer curioso le gritó:- ¡Ey, oye, tú, el escritor!- A lo que el artista abrió el ventanal y contestó.- ¿Sí, qué desean?-.
El curioso entre una muchedumbre que empezó a reunirse en aquel pequeño recinto cerrado, una especie de callejón, prosiguió:- muchos de nosotros pasamos por aquí, casi a diario, y sea la hora que sea siempre estás ahí. ¿Es que no tienes a nadie?-.
El artista repuso:- Sí, claro, no estoy solo en el mundo.-
- ¿Entonces?- Insistía el curioso.
- Entonces prefiero escribir.-
- ¿A vivir?-
- Vivo escribiendo.-
- Eso no es vida.-
- Lo que no es vida,- finalmente se proclamó el artista- es que sea invisible al mundo cuando no escribo. Lo que no es vida es no ser, no existir, y dar igual al resto del universo. Quiero ser, quiero existir, por eso escribo.-

Los días seguían acumulándose y el aspecto del escritor empezaba a ser más que deplorable, preocupante. El curioso volvió a saludar al artista, pero preocupado por su salud, le dijo:
- ¿Has comido últimamente?-
- No.- Contestó el artista.
- ¿Por qué?- Al curioso le empezaba a aterrar la imagen espectral que se proyectaba del artista a través del cristal.-
- Porque no me apetece comer. Quiero escribir. Comer me hace perder tiempo. Y es todo tan insulso... tan igual... Escribir me hace vivir. Comer me pudre por dentro. Mi alimento es la literatura.-
- ¡Pero eres un ser humano! ¡Necesitas comer para vivir!-
- ¡No! No. Necesito escribir para vivir.-
- Puedes escribir, pero para ello necesitas nutrirte, o no vivirás para escribir.-
El artista rió en un tono medio irónico y con un toque de soberbia:- Mientras escriba estaré vivo, da igual lo que ocurra luego.-
El curioso volvió a irse, esta vez airado, enfadado por el tono de la última respuesta del artista.

Al poco tiempo se lo encontró en el suelo, con la mesa volcada y el portátil encima de su cuerpo. Trepó por la tubería hasta el ventanal y lo quebró de una patada. Recostó sobre su brazo al esquelético escritor y le dijo:
- Te lo advertí. Necesitabas comer para vivir, mírate.-
- No. He escrito, por eso puedo decir que he vivido.-
- ¿Crees que ha merecido la pena?-
Esta vez el artista sonrió mientras con voz ahogada, suave y exhalando el último soplo de aire dijo:- Sí.-
El curioso volteó el portátil y lo puso del derecho. Vio que había elaborado una obra extensísima durante todos esos días que se había pasado escribiendo en su ordenador.
Entonces, el curioso sentenció:- Sea como sea, escritor, has muerto como un artista. Solo y dejando un gran legado al mundo. Ya puedes descansar en paz y sentirte orgulloso.-

FIN.