viernes, 11 de octubre de 2013

Nos deja María de Villota.

Hoy es un día triste para los amantes de la Fórmula 1, para los amantes del deporte en general y para aquellas personas que sienten un fuerte deseo por aferrarse a la vida.

Muere María de Villota, a los 33 años, siendo la primera y única piloto mujer en llegar a la Fórmula 1 como probadora del equipo Marussia el 2012, año en el cual sufrió un gravísimo accidente en el que perdió un ojo, pero nunca perdió las ganas de vivir.

Ocurría en un hotel de Sevilla, donde descansaba para poder asistir a una conferencia en la capital andaluza. Los médicos no han hallado rastros de narcóticos u otras sustancias que susciten que fuera una muerte buscada y apuntan a un paro cardiaco, consecuencia de las secuelas producidas por el accidente de hace año y medio.

Todos la recordamos con el pelo corto tras la operación, con un parche en el ojo, y con una amplia sonrisa, especialmente radiante, de la que nunca se desposeía.
Aparecía en las previas de las emisiones de las carreras de la Fórmula 1, como una gran profesional, dando consejos o analizando circuitos, derrapajes, conducciones o incluso retando a Antonio Lobato a que condujera mejor que ella (obviamente Lobato lo hacía notoriamente peor que la piloto).

Como decía, hoy es un día triste en general, porque no solo se nos va una gran piloto, también era una gran persona, alegre y llena de vida, que empujaba al mundo a superarse ante las adversidades.
Se ha ido, pero nos ha dejado algo muy grande que debemos tener presente siempre: que podemos superar todo mal que se nos cruce por la vida, y que de las caídas uno puede levantarse mucho más fortalecido.

D.E.P. María.

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