El pseudoperiodista Salvador Sostres, redactor del panfleto desinformativo ABC, ha vuelto a dejarnos unas cuantas perlas con motivo del partido de fútbol Villanovense-F.C.Barcelona.
Esta vez les ha tocado recibir a los habitantes de los pueblos.
El que ya soltara perlas como "deberían prohibirles la entrada a las mujeres en los restaurantes caros" o "el que no trabaja es porque no quiere" ha vuelto a dejarnos perlas tales como:
"Estas fases previas de la Copa del Rey tienen mucho de 'siente un pobre en su mesa' y de 'todo el mundo puede si lo intenta'. Hay quien lo encuentra bonito y a mí me parece deplorable, porque ni todo el mundo puede, ni es agradable cenar con un pobre, ni puede mantenerse el orden si todo el mundo empieza a intentarlo. Una hora antes del partido ya no cabía nadie en las gradas, en esta clase de entusiasmos de la gente que no vive en las ciudades"
Estas palabras iban dirigidas a los habitantes de Villanueva de la Serena (Badajoz). Trata a sus habitantes de pobres desagradables de recibir en la mesa (o en el campo de fútbol). Una gran metedura de pata por parte del periodista barcelonés, ya que el tipo de entusiasmo que vilipendia se vive tanto en el campo como en las ciudades.
Yo mismo, como habitante de Barcelona (ciudad de la que tanto alardea de pertenecer este pseudoperiodista), he visto ciudadanos de la ciudad condal romper semáforos, estampar botellas de cristal contra el pavimento, pegarse entre ellos, escupir, gritar, quemar papeleras y contenedores de basura, lanzar bengalas y otros proyectiles pirotécnicos contra personas, asomar casi todo el cuerpo por una ventanilla del coche a gran velocidad enarbolando banderas por las calles principales de la ciudad... niños gritando entre la rabia y la euforia, etc. por el mismo motivo que los villanovenses ponían cara de felicidad y entusiasmo, vitoreaban su equipo y hacían cola para ver el partido que enfrentaba históricamente a su equipo contra el considerado el mejor equipo del siglo XXI. El fútbol.
No quiero crear tampoco una falsa imagen de la preciosa y generalmente cívica y cultural ciudad de Barcelona, que nadie crea que por cuatro mentecatos que no saben celebrar las victorias ni aprender de las derrotas (o escribir en diarios) todos los ciudadanos somos iguales, nada que ver. Sólo trato de defender la actitud enfática y de ilusión de los habitantes tanto de Villanueva de la Serena como de cualquier otro pueblo de la geografía española.
A Sostres, por decirle algo, le diría que más mendigo es él por no saber ver más allá de su propio ego e ignorancia. Hay mucho que aprender de los habitantes de los pueblos de España, primeramente, porque nuestra cultura está arraigada a esos pueblos, y segundo, porque a coraje, fuerza, valor, ímpetu y sí, conocimiento, no les gana nadie.
El vehemente pseudoperiodista pudo no haber continuado propinando improperios, pero continuó arremetiendo contra los villanovenses del siguiente modo:
"Cada vez que las cámaras enfocaban al público, mi mujer hacía comentarios sobre lo afortunados que hemos sido. La vida sonríe en la ciudad y todo fluye ligero y amable. En los pueblos pasa la vida más lenta. Por eso las pieles de sus gentes son más gruesas y las facciones más duras y las miradas más penetrantes, como si a cada instante tuvieran el presentimiento de la muerte".
Cuanto menos aberrante. Es sorprendente que llegados al nivel de civismo y respeto que se ha llegado en nuestro país, se tolere y publiquen cosas tan estrepitosas como los comentarios insultantes de los que tanto alardea este sujeto. Y lo peor de todo, que sean publicados en medios tomados por serios como un periódico de nivel estatal.
¿Afortunados que han sido su mujer y él de vivir en una ciudad? Eso es porque no tienen la fortuna de haber conocido un pueblo. Si hubiera corrido esa suerte, sabría que en los pueblos la vida fluye mucho más amable y la sonrisa que se destapa en ellos es mucho más sincera y perdurable.
Por cierto, he de decirle también al columnista del ABC que he visto mucho más presentimiento de muerte en la ciudad que en el pueblo. Aun diré más, estando en los pueblos nunca he percibido ese presentimiento, mientras que en las ciudades casi aflora en cada esquina.
Desde este pequeño rincón denuncio públicamente el derroche de odio de Salvador Sostres hacia cualquier ser vivo que no se parezca a él.
Os dejo con un tweet de José Manuel Calderón, baloncestista ilustre de la localidad de Villanueva de la Serena, dirigido a Salvador Sostres: "Nosotros sí tenemos suerte de que tu mujer y tú viváis en una ciudad".
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