Simplemente me dijo que desde que un día se encontrara mal del estómago y probara un arroz hervido de ese supermercado, se convirtió así en asidua de éste. Gracias a esa anécdota, a esa vivencia, pude conocerla y, de su mano, conocí su hotel, una pequeña joya de estilo barroco imitación a escala del palacio de Versalles francés.
Nos invitó, con toda su sinceridad y bondad, con ese aura que envuelve a las buenas personas, a mí y a mi novia, a conocer el Hotel y a cenar en él el bufé que ella misma prepara con la ayuda de su cocinera.
- "me he especializado en cocina al microondas, ¿sabes? No te imaginas lo delicioso que sale la comida así y el ahorro que supone de tiempo y dinero".- Me explicaba Pilar Vallet, casi sin poder imaginarme lo que había conseguido esa señora con sus ideas y su empeño.
Al llegar a la Rambla Catalunya 30 de Barcelona, pleno centro y localización de grandes hoteles, teatros y boutiques, la misma entrada al hotel que hace esquina con la calle Diputació nos dejó un poco asombrados.
Sí, tenía pinta de lujo. Una gran alfombra roja conducía al primer piso por unas escaleras de mármol flanqueadas por estatuas y coronadas por una cúpula con una colorida vidriera. Pasando una puerta, a la derecha, quedaba la recepción. Barra de madera y mueble llavero de estilo clásico... y lo mejor estaba por llegar.
Escalera de ascenso a la recepción |
Escalera, desde el primer piso |
Pasillo distribuidor habitaciones |
En 1999 Pilar vio el anuncio de la venta del edificio en un diario, y con su tenacidad y su visión creyó en su proyecto y se hizo con el edificio. Ella, que había quedado fascinada con la majestuosidad del palacio de Versalles, siempre soñó con la posibilidad de crear algo similar en Barcelona.
Tres años más tarde, después de obras de reforma, decoración, organización y días de trabajo y esfuerzo, el Hotel Continental Palacete abría sus puertas al público.
Salón comedor (la joya de la corona) |
- "Sí, yo misma me encargué de la ubicación y planificación de las habitaciones, de la decoración..."- Y en ese momento decide enseñarnos una habitación. Le pidió la llave de una de las habitaciones a su recepcionista y nos condujo a verla. Entramos desde el salón y... era increíble. Aquel lugar sorprendía a cada decímetro cuadrado que avanzabas.
Entrada a una habitación desde el salón |
Detalle de una de las habitaciones |
Salón de bufé 24 horas |
Poca gente, con tan grandes ideas, que haya desempeñado tanto esfuerzo y dedicación para lograr algo tan hermoso como el Hotel Continental resulta, a la vez, tan entrañable y cercana, sencilla y amable como lo es la dueña de dicha maravilla.
Gracias por tu escrito. Muy interesante. Sí Dios quiere, el 3 y 4 de Diciembre, estaremos mujer y yo en el hotel. Y nos hace ilusión arreglarnos para la ocasión. Espero disfrutarlo. Ah! Cogimos una Suite!
ResponderEliminarGracias por tu escrito.