sábado, 29 de junio de 2013

1.-Fobias, manías, pesadillas, fetiches y escritores.

Pueden parecer cinco conceptos muy diferentes, sin embargo se encuentran mucho más ligados de lo que pensamos.

Está claro que tenemos pesadillas con aquello que nos produce miedo, aquello a lo que le tenemos fobia, ¿y qué es aquello que nos provoca pavor sino una manía?
El intento de nuestra mente por protegernos de aquello que considera nocivo para nuestra persona, una fobia, un elemento no superado tras un trauma que Freud indicaría sufrido en la etapa del complejo de edipo (entre los primeros 1 y 6 años de vida) que no ha sido superado.

Nuestra mente trata de poner parches a esas cosas que no hemos sido capaces de superar, comprender, en una etapa temprana y ahora nos produce temor. Esos parches son manías, ceremoniales o supersticiones que usamos para intentar ahuyentar esos miedos que somos incapaces de comprender.

Con cosas conocidas, que nos producen agrado, que entendemos e incluso que nos dan satisfacción o gozo, o simplemente paz y tranquilidad frente al nerviosismo, somos capaces de tapar, de expulsar ese pánico que sentimos cuando vemos, pensamos o sentimos que algo no coincide con nuestra idea del mundo, o que algo nos está amenazando.

Los antiguos griegos explicaban algo que les aterraba y no podían entender, los relámpagos y los truenos, con la idea de que había un dios que los lanzaba a aquellos quienes no estuvieran de su lado. Para superar ese miedo bastaba con hacer cosas que calmaran la ira de ese dios, ceremonias, sacrificios, que aplacaban la ira de Zeus.

En la actualidad, aunque más conocedores de los fenómenos meteorológicos, no estamos exemptos de padecer miedo frente a ciertas situaciones o cosas y usar la imaginación y ciertos ritos para dejar de sufrirlo.
Por ejemplo, el que de niño hubiera sufrido malos tratos sobre una cama cuyas sábanas estuvieran deshechas, verlas del mismo modo, aunque no pudiera comprender o recordar el hecho, le produciría pavor, ya que la mente guarda en el subconsciente recuerdos que conscientemente no somos capaces de recuperar (más aun cuando estos recuerdos son dolorosos, ya que la mente trata de enterrarlos los primeros para acomodar y proteger la vida del individuo de forma natural e instintiva).
En este caso, la persona que hubiera sufrido tal episodio traumático, inconscientemente sufriría dolor al ver una cama deshecha, y trataría por todos los medios de que no hubiera ni una sola arruga antes de acostarse en ella.

Si esta acción se repite constantemente, cada vez que la persona va a acostarse, se convierte en un ceremonial, una manía. Al igual que los antiguos habitantes de Grecia con sus religiones, supersticiones o imaginaciones, generaban una serie de ritos ceremoniales, el individuo trata de realizar ceremonias, como hacer perfectamente la cama, dar vueltas alrededor de ella, dar dos pequeños saltos antes de acostarse, mirar al techo, abrir tres veces la boca, dar dos palmadas, reproducir un pequeño bulto sobre la almohada. o similares, para intentar aplacar su miedo, su inquietud.
Y sin entrar en detalles sobre la neurosis obsesivo-compulsiva... ¿Qué tiene que ver todo ello con los fetiches y los escritores?
Esta pregunta se responde en la siguiente entrada "Fobias, manías, pesadillas, fetiches y escritores. (2)".

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