En sus cuadros no faltaban escenas picarescas, grotescas y esperpénticas de la sociedad londinense.
Entre las mejores de sus pinturas, por muchos considerada la mejor, Marriage a-la-mode, "poco después de la boda", en la que se ve un joven de familia arruinada casado con una hija de un mercante adinerado burgués.
Se muestra en el cuadro uno de los problemas que sacudió la población tanto londinense como de grandes ciudades del resto del mundo, enfermedades venéreas como la sífilis reflejadas en la mancha del cuello del chico en un primer plano. (A continuación podéis verlo en la imagen).
Las posturas holgazanas de los jóvenes adinerados (ahora los dos) y la del personaje del fondo, bostezando y a punto de tirar una silla, contrasta con la postura del profesor de solfeo a la izquierda, lamentándose de una juventud echada a perder por la ociosidad y la perpetua pereza (ahora conocido como "ni-ni").
En otros cuadros, Hogarth representa el realismo del caos de los bajos fondos de la ciudad. Calles atestadas de enfermos mendigos, ladrones, gente golpeándose, borrachos, seres siniestros, mezclados con gentes de altas clases que se escapaban por la noche a rondar los lupanares en busca de meretrices con las que acababan infectándose.
En la siguiente escena, un fraile apunto de llevarse media vaca mientras a su alrededor otros se contentan con un triste plato de sopa boba (agua caliente la mayor de las veces, con cualquier cosa que le cayera las mejores de las veces).
Bueno, no es el mejor ejemplo del Londres pre-victoriano. Del rococó post-parisino. Pero sí es una buena muestra de la grandeza artística de la época, del crudo realismo con el que muchos artistas enfocaban la realidad, sin velos idealizantes aunque en ocasiones especialmente cruel y grotesco para otros.
Considerado uno de los padres de la escuela artística británica tras varios siglos de predominio de artistas extranjeros en el país.
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