viernes, 19 de julio de 2013

El camino, la vía para lograr nuestros objetivos.

¿Por qué tanta importancia al camino?
Para responder esa pregunta se debería uno preguntar: ¿qué es un camino?

Un camino es aquel recorrido que lleva de un punto a otro. Dicho así no nos dice mucho, pero, si llegar al otro lado del camino fuera una meta, la cosa cambia.

A lo largo de nuestra vida nos marcamos varias metas, algunas mayores, otras no tanto, pero desde que nos despertamos empezamos a tomar decisiones para poder alcanzar nuestras metas, por pequeñas que sean.

Toda persona que se marca un objetivo debe seguir una serie de pasos con los que con mayor o menor fortuna conseguirá lograr ese objetivo.
Esos pasos siguen un camino, y si ese es el camino correcto, y conseguimos superar los obstáculos que nos vamos encontrando mientras lo vamos caminando, alcanzamos nuestras metas.

Durante la historia de la filosofía y la psicología, se hablaba de que el fin de todo ser humano es alcanzar su Bien Mayor. Para muchos se corresponde con el poder, y desde siempre andan compitiendo por escalar y escalar posiciones para llegar a lo más alto y una vez allí seguir amasando poder, pues es lo que más les satisface, es para lo que se preparan y es para lo que se pasan su vida corriendo por caminos hacia el ascenso. Estos se verían reflejados en grandes depredadores financieros, altos cargos o dirigentes de empresas, líderes religiosos, gobernadores o todo cargo que conlleve un gran poder.
Suelen estar antepuestos a los que buscan la felicidad como Bien Mayor. Estos segundos buscarían un punto medio en el que no sentirse decepcionados en la derrota ni excesivamente orgullosos en la victoria, simplemente disfrutarían de aquello que tienen o consiguen a base de pequeñas metas. Serían aquellos que siguen la máxima de Horacio, el Aurea Mediocritas (dorado término medio), estrechamente relacionado con el hedonismo epicureísta basado en conformarse con lo que se tiene y no dejarse llevar por las emociones desproporcionadas.
Con marcarse metas a corto plazo seguirían un modo de vida menos sufrido y más destinado a gozar el momento.

Los primeros, más precavidos, competitivos, obstinados, cautos... Los segundos más desenfadados, alegres, soñadores, seguidores del Carpe Diem...

Toda persona que busca el Bien Mayor se siente frustrada y fracasada si no lo consigue, ya sea poder o felicidad, aquellos que lo buscan y no lo obtienen sienten que han fracasado en su búsqueda y muchos suelen rendirse o resignarse.
Después de encontrarse con varias piedras por el camino que les han impedido lograr llegar a la meta, abandonan el camino para apearse en la parada en la que se quedaron.
Incluso pueden ni siquiera empezar camino alguno si se ven abrumados por la larga distancia que les llevaría recorrer, sin ver ni siquiera un posible horizonte.
Algunos llegan a quedarse muy cerca de lograr sus objetivos, otros, en cambio, ni se acercaron de lejos. Pero, sin duda alguna, los que más se acercan a lograr sus metas son aquellos que más satisfechos consigo mismos y con la vida se quedan, los que se sienten más llenos y, podría ser, más felices. Eso sí, lo que lo tienen más fácil para sentirse satisfechos y cómodos con su vida son los que se plantean metas a corto plazo y menores, pero los que logran grandes metas, sin duda, al llegar, la satisfacción y la sensación de plenitud y de que su esfuerzo ha merecido bien la pena ese largo camino lleno de obstáculos son los primeros (aunque también los que se sienten más decepcionados al no lograrlo).
Los primeros gozarían de grandes dosis de satisfacción a largo plazo, pero en grandes cantidades.
Los segundos gozarían de pequeñas dosis de satisfacción a corto plazo, pero más constantes.


Finalmente existirían los que siguen otro tipo de camino, un tercer camino, largo, pero con múltiples bifurcaciones y trifurcaciones, diversas estaciones en las que pasar y dejar tu marca en un banco de madera para todos aquellos que vengan detrás puedan verlas.
Son los que buscan ser recordados de algún modo, dejar huella en este mundo, lograr obras y logros con los que encontrar de algún modo una especie de inmortalidad, o prolongación de la vida en el recuerdo de los seres que permanecen en este mundo una vez han cruzado la línea de la muerte.
Es gente que tiende a abarcar grandes conocimientos para luego poder desarrollarlos y dejar constancia de su trabajo.
No buscan dirigir, su meta no es lograr poder, tampoco buscan metas pequeñas, no se conforman con pequeñas metas, su vida es un constante camino de perfeccionamiento personal.
Su meta es dejar una gran huella de su paso por este mundo antes de abandonarlo.

En una palabra se podría definir a los primeros con la búsqueda del "poder", a los segundos con la búsqueda de la "felicidad" y a los terceros con la búsqueda del "reconocimiento".
Pero seguramente todos buscarán su felicidad personal, su tranquilidad, de un modo u otro, su Bien Mayor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario