jueves, 21 de noviembre de 2013

O sí, o no, ¡pero decídete!

La indecisión o incapacidad de la gente para decidirse está retrasando más si cabe la recuperación de la crisis de este país.

Me encuentro que muchos pequeños y medianos empresarios son incapaces de decidir qué es lo mejor para su empresa. No son capaces de tomar decisiones como la de invertir una pequeña, minúscula suma de dinero en la creación de una página web que podría atraer a cientos de clientes en potencia gracias a los motores de búsqueda de Google.

Algunos acobardados por el fraude de las preferentess de los bancos, otros, desconfiados por la cantidad de empresas fraude que campan a sus anchas aprovechando la crisis y desesperación de la gente, se les nubla la capacidad de decisión, se acobardan, desconfían y son incapaces de firmar ningún contrato por muy favorable que les pueda ser en un futuro muy cercano.

Se quedan a la espera, a la espera de ser rescatados, de que la crisis se acabe, de que el gobierno nos saque de la crisis... ¡¿Pero cómo nos va a sacar de la crisis el gobierno, si es éste el que nos ha metido de lleno en ella?!
Esa gente con incapacidad de decidirse no sabe que el futuro de su empresa y el suyo propio pasa por sus manos, no por las de los demás y menos por las del gobierno.
El gobierno solo rescata a bancos por la cuenta que les trae, somos nosotros, los pequeños empresarios y los trabajadores, quienes tenemos que rescatarnos los unos a los otros.

Si no empezamos a generar empleo, nos estancaremos. Si no empezamos a mover el dinero, lo perderemos. Si no invertimos, no avanzamos, y si no avanzamos, se nos comen.
Ahora es el momento de tomar decisiones, no es el momento de esperar milagros. El dinero no llueve, se trabaja para conseguirse. El que no arriesga no gana y el que mucho espera poco recibe. Es en tiempos de crisis cuando hay que tomar decisiones, ya habrá tiempo para relajarse cuando haya bonanza.

También me he encontrado con el caso de madres y padres que ignoran por completo la educación de su hijo. En vez de disponer el dinero para clases particulares para su hijo con problemas en el colegio, prefieren colgar fotos tomándose grandiosos mojitos... pero bueno... sabemos que el futuro de este país no depende de esas mentes brillantes (por desgracia el futuro de sus hijos sí, y esos hijos sí podrían ser unos grandes impulsores de ideas para salir de este pozo negro en el que otros iluminados nos han metido).

En definitiva, no es tiempo para un "quizá", un "puede" o un "me lo pensaré". Es tiempo para un "sí", "ahora", "ya" o para el "no", "de ninguna manera", "por encima de mi cadáver". La duda en estos tiempos es un precio que se acaba pagando caro.

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