martes, 8 de octubre de 2013

La crisis en España 3. La falta de ideas.

La desmesura y el derroche han marcado la tónica en la década del 2000.

Exposiciones Universales que han acabado en deudas millonarias. Foros de las culturas de centenares de hectáreas cuyo único fin era crear viviendas y oficinas a precios astronómicos que ahora los bancos se están comiendo y estamos pagando todos de nuestro dinero. Una diferencia abismal entre la gran cantidad de importaciones de productos extranjeros frente y la escasa exportación de producto nacional... Urbanizaciones creadas en desiertos. Marinas d'Or...

Cuando la burbuja inmobiliaria ha explotado (y se veía venir años luz) el país se ha quedado asolado por el paro, por el parón de la construcción, sector que generaba el mayor número de plazas de trabajo estatal.

Al subidón de la crisis, las empresas se suman echando a trabajadores con años de experiencia para que dejen de cotizar lo que cotizaban, para que sus jubilaciones sean menos sustanciosas y su antigüedad deje de sumar incrementos salariales. ¿Consecuencia? Reducción de la plantilla, reducción de la producción. Más paro, menos consumo.

Formamos parte de una sociedad altamente consumista, lo que hoy es tuyo mañana ya es de otro, y lo que la enriquece es el uso del dinero.

Pues testarudos los políticos, en vez de olvidarse por un momento del ladrillo y pensar que España es uno de los países con los parados más cualificados del mundo, sigue pensando en que la solución a parte de la crisis es Eurovegas, Barcelona World o aberraciones semejantes que volverían a dejarnos otra vez endeudados y, algo peor, atraerían a prostitución, droga, blanqueo de dinero, mafias, estafas y una corrupción que poco conocemos aquí (a pesar del manojo de mangantes que dirigen nuestro país).

Pero se sabe que los políticos están a merced de los bancos, y si los bancos invierten en ladrillo, y no en I+D, ni en cultura, ni educación, ni sanidad, ni en seguridad, ni en comercio, ni en imagen externa para un mejor mercado de exportación (que en vez de eso, a nuestro presidente se le ocurre ir a Fukushima y vendérnoslo a nosotros como seguro, cuando los comisarios medioambientales han dictaminado que siguen produciéndose fugas radiactivas [a saber qué le han ofrecido los nipones para que el señor Rajoy diga tal memez]), pues nuestros políticos a seguirles el juego a los bancos, que el Sabadell ya ha sacado en promoción 10.000 viviendas (a saber cuantas de estas han sido desahuciadas previamente). Pero claro, es un beneficio del 100%, al revender una vivienda de un desahucio el banco no paga NADA a Hacienda en calidad de impuestos (entre particulares, las ventas de viviendas suponen un 7% mínimo del precio de venta para Hacienda). Eso supone un ingreso neto para los bancos de miles de millones de euros que DEBERÍAN ir a parar a las ARCAS PÚBLICAS.

¿Soluciones?

1.- Reformar las leyes. ¿Qué es eso de que siempre se nos esté asfixiando a los mismos, a la clase obrera, si somos los más pobres? En España corre mucho vivo con miles de millones y a esos no les tocan un céntimo de su fortuna. Se deberían incrementar los impuestos a los que viven de rentas, bajar los sueldos a los políticos (da igual si son buena gente vilipendiada como dice el anuncio de Aquarius de algunos, o son los generadores del más absoluto oprobio), incrementar las investigaciones en cuentas en las que existan "donaciones" misteriosas, en las que se desvíe dinero, vaya, un mayor control del movimiento del dinero. Mayor transparencia fiscal, (¿qué es eso de que los gibraltareños se beneficien de nuestra seguridad social, si sus empresas, casi el doble que la población de la colonia, no pagan impuestos a España? por ejemplo).

2.- A estas alturas de la crisis se les ocurre incrementar las exportaciones y reducir las importaciones... ¡A buena hora! Yo, desde la adolescencia ya pensaba en ello como sinónimo de riqueza. Lo que ocurre es que han abandonado al turismo, al buen turismo, y se ha ido sustituyendo cada vez más por el turismo de alcohol, de gran promiscuidad sexual y sucio, que genera grandes pérdidas en limpieza de escombros y reposición de material urbano deturpado o destruido. Hay que volver a vender BIEN España. Hay que dar una mejor imagen y mayor incentivo que alcohol hasta reventar a jóvenes o relaxing cups of café con leche en plazas mayores. ¿Qué historias son esas? Seguimos teniendo los "aperitifs", los Pernod Ricard, los Pastis, los Campari con zumo de naranja, y los Martini (sin cocacola, qué chispazos ni qué rayos) a primera línea de mar, en apartamentos en la costa, o en casas rurales en la montaña, paseos a caballo, monumentos, catedrales, arte, cultura, palacios, (que no solo sirve para albergar chorizos, también sirven para generar riqueza del turismo), caminos (peregrinaje), museos, etc.

3.- Generar puestos de trabajo, pero permanentes. Nada de apostar por algo que pueda estallar. Me parece un gran acierto apostar por energías renovables, por lo respetuosas que son con el medio ambiente y por el ahorro que nos supondría a la larga (a no ser que quieran hacernos pagar por usar el sol, que todo está por ver). Por desgracia, a falta de que los combustibles fósiles se extingan del planeta, las energías renovables seguirán siendo una baza que queda lejos por la que apostar y seguirá generando pérdidas por falta de mercado. El petróleo manda, y quien posee el petróleo, manda más.
Mientras, dejemos que la gente preparada que está engrosando el paro tenga salida. Dejemos que los profesores sigan formando a los alumnos, que los médicos sigan curándonos, generemos puestos que nos impulsen a un primer plano a nivel mundial, creemos más investigación y desarrollo para que sean las mentes brillantes, y no los corruptos, quienes levanten el país. Apostemos por la cultura, y si somos un país civilizado, con leyes... ¿Para qué tanta defensa? ¿Quién va a invadirnos estando en la OTAN? ¡Pero si ya estamos invadidos! Bases aéreas estadounidenses, bancos alemanes, boulangeries francesas, inversores británicos... No necesitamos ametralladoras y tanques para defendernos de ellos.

4.- Flexibilidad horaria. Generar la posibilidad de crear más turnos en los que más gente pueda acceder a un trabajo. Eso incrementaría el poder adquisitivo del conjunto de la nación (y no por minorías afortunadas), haciendo que el dinero volviera a circular, que fuéramos más los que pudiéramos comprarnos un componente electrónico nuevo, un reloj que funcione, unas gafas de sol, un viaje con la pareja, un gel o champú que no sea marca HacendaÑo, una entrada de teatro, un regalo para un sobrino... Comprar un reloj más significa generar un reloj más, significa más trabajo, significa más dinero que gastar, significa más relojes, significa más trabajos, significa más dinero... (y la cadena vuelve a ponerse en marcha).

5.- Menos desahucios y más incautarse de las fortunas de los chorizos.

Más adelante hablaré sobre los chorizos, los corruptos, los grandes de España, parásitos y una monarquía que lo único que pinta es rosa en las páginas de prensa.

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