Como si el tiempo no hubiera pasado, como si aun nos estuviera hablando, efectivamente, desde el infierno, nos siguen llegando noticias de Jack The Ripper (Jack el Destripador).
Se le empezó a conocer con ese sobrenombre cuando a la prensa londinense de la época (entre agosto y noviembre de 1888) le iban llegando cartas y postales firmadas con ese seudónimo alegando ser el autor de los crímenes que sucedían en Whitechapel el mismo que las escribía.
La mayoría de esas cartas fueron interpretadas como burlas, ficticias creadas por los propios periodistas para atraer al público lector con el misterio y misticismo de los asesinatos cometidos en el barrio marginal londinense. Pero hubo una, que precisamente no iba firmada con seudónimo, que alertó a los inspectores de la época y que se ha mantenido hasta el momento como posible carta escrita de puño y letra por el destripador de Whitechapel. La carta que tiene por título e inicio "from hell" (desde el infierno).
Esa carta estaba escrita en un lenguaje más culto y elaborado. En ella no alardeaba de como sus víctimas chillaban o eran estranguladas sin emitir sonido alguno. Sí, en cambio, continuaba con el ritual de enviar o mostrar pruebas que evidenciarían que él, el autor de la carta o cartas, era el autor de los crímenes. Junto a esa carta llegó una caja cerrada con un frasco de formol en el que se encontraba parte de un riñón de una de sus víctimas. Explicaba en la carta como el otro pedazo lo había frito y se lo había comido con deleite.
Muchos eran los sospechosos y diversos los motivos por los que señalaban a un culpable de aquellos actos. Hace once años (2003), con la publicación de un libro "Retrato de un asesino: Jack el destripador, caso cerrado" de Patricia Cromwell, trataban de dar por finalizado el misterio del asesino de Whitechapel señalando al pintor alemán Walter Richard Sickert.
Este pintor impresionista alemán, considerado uno de los mejores de Inglaterra de la época, habiendo llegado a conocer a Edgar Degás en París, es señalado como posible autor de los asesinatos o miembro de la conspiración masónico-monárquica, en la que se encontraba el mismo médico del príncipe Alberto, Sir William Gull, y su cochero.
Mientras la autora del libro aseguraba que el pintor Walter Sickert cometía sus crímenes por no poder disfrutar de una sexualidad satisfactoria por tener un pene deforme (algo paradójico ya que se le conocen varias amantes y esposas, de las que ha tenido descendencia), es difícil señalarlo por el ADN encontrado en la saliva de un sello de una de las cartas recibidas, ya que existían más restos genéticos de mucha más gente, puesto que esas cartas circulaban y circularon por muchas manos. Aun siendo el autor de una de esas cartas, podría considerarse un estafador más.
La trama es confusa y conspiratoria, el libro tendencioso, aprovechando el éxito de la película protagonizada por Johnny Depp "desde el infierno" (2001), que recoge los testimonios de un supuesto hijo del pintor y Alice Margarett Crook, hija natural del príncipe Alberto Víctor.
Once años después de la publicación del libro de Cromwell, se lanza a la luz otro nuevo y definitivo autor de los asesinatos. Esta vez el dedo acusador de Rusell Edwards apunta hacia Aaron Konsminski, un inmigrante polaco que cortaba el pelo en el East End de Londres. Esta vez la prueba incriminatoria, además de un testigo de la época que lo vio cometiendo uno de los múltiples asesinatos que se le atribuyen (y hasta el momento única prueba incriminatoria) es el ADN del semen encontrado en el chal de una de sus víctimas que coincide al 100% con el suyo.
Para muchos, Edwards y su amigo Jari Louhelainen, experto en genética, quien analizó y afirmó que el material genético hallado en el chal de la víctima, junto con su sangre, pertenecía al polaco judío que huía de un pogromo (persecución y linchamiento público premeditado o espontaneo) ruso, han dado finalmente con el asesino de Whitechapel.
Sin embargo, teniendo en cuenta que una prostituta de la época como Catherine Eddowes, propietaria del chal hasta su asesinato, siendo la segunda víctima reconocida como víctima canónica de Jack The Ripper (por el modus operandi que seguía de estrangulación, degüelle y extracción de órganos y mutilación) podía tener cuatro o más clientes por noche... las pruebas siguen sin ser concluyentes. Más aun cuando la higiene de entonces no era muy elevada.
Sea como fuere, Kosminski era un "probable esquizofrénico paranoico con alucinaciones auditivas y propenso a la masturbación" según recogen varios medios (lo que no acabo de entender es la relación entre en onanismo y la esquizofrenia y los asesinatos. Resulta casi absurdo).
La realidad es que once fueron las prostitutas asesinadas entre agosto y noviembre del 1888 en el barrio de Whitechapel, del distrito del East End de Londres y entre cinco y siete son las víctimas canónicas relacionadas directamente con Jack el Destripador por seguir el mismo modus operandi.
Scotland Yard y la prensa de la época recibieron varias cartas del supuesto asesino y el Comité de Vigilancia de Whitechapel, cuyo presidente, George Lusk, fue el destinatario de la misiva con título "From Hell".
Hasta el momento, seis han sido los máximos sospechosos, o por parte de los investigadores o por parte popular, y estos son Aarón Kosminski, el peluquero, George Chapman, el barbero, John Pizer, el zapatero, apodado "mandil de cuero", el príncipe Alberto Víctor duque de Clarence, su cirujano, Sir William Gull (también apodado el carnicero loco), y el pintor Walter Sickert.
Bajo mi punto de vista, Whitechapel estaba destinado a convertirse en un próspero barrio de cara a la población inglesa cuando vieron como por la procedencia de baja clase de la inmigración que se instaló en él, prostitutas, alcohólicos, mangantes, juerguistas, bohemios, supervivientes... el barrio se iba convirtiendo en una zona conflictiva y a evitar. Creo que eso a la población autóctona debió irritarle y emprendió acciones en parte racistas, en parte persecutorias de todo aquello que no fuera anglicanista, contra católicos irlandeses, contra judíos rusos... Alguien, o un grupo de personas, pensó que era la mejor forma de sembrar el pánico. Y asesinando a aquellas personas que les disgustaban, era una buena forma para acabar con todo aquello que les perturbaba.
En mi humilde opinión, creo que Jack The Ripper se aleja de ser un inmigrante o un simple perturbado.
Aun así... lejos de aclararse la identidad del asesino o asesinos de Whitechapel, 126 años después nos siguen llegando noticias suyas, desde el infierno.
Jack the ripper, imagen de Wikipedia |
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