lunes, 5 de mayo de 2014

La vocación del profesor.

Llevo un tiempo dando clases particulares de repaso a alumnos de la ESO y fue a partir de cuando probé a hacer de profesor cuando verdaderamente sentí que ganaba dinero de un modo del que disfrutaba.

Antes podía haber ganado mucho dinero trabajando en fábricas, vendiendo en tiendas, haciendo sustituciones varias, como administrativo, ayudando en mudanzas... cualquier trabajo podía darme dinero, pero lo que he descubierto dando clases es que, además, me llena.

No gano una fortuna, la verdad, pero veo el esfuerzo con el que mis alumnos tratan de entender las lecciones, la voluntad que ponen y la dedicación que muestran escuchando mis palabras. Y es que no solo me limito a darles clase, a que entiendan la lección y que sepan poner en práctica sus conocimientos, no. También les ayudo a entender para qué les sirve esforzarse, les ayudo a comprender que con un poco más de esfuerzo ahora tendrán una oportunidad más de tener un futuro mejor y de poder escoger.

No me limito a darles clase, trato de incentivarlos, motivarlos, y que vean que si ponen el mismo empeño en todas las cosas, así como lo ponen para sus juegos y diversiones, las recompensas serán igual de gratificantes o mucho más, ya que el tiempo cuesta mucho y mientras se tenga es bueno aprovecharlo.

Cada vez que salgo de una clase, con mi pequeña paga, se me ensancha el corazón de pensar que les estoy enseñando más que lo que dice un texto, les enseño a comprender y valorar todo texto que puedan tener a su alcance, les invito a recapacitar sobre cada lección que aprenden, dentro y fuera de clase.

Cada vez que veo a esos chavales que no piensan para nada en los deberes, que no es que no les importe aprender, sino que no ven el por qué del estudio, que no encuentran motivación alguna para atender y comprender el material didáctico... me apena que no aprovechen todo ese potencial, ya no solo para querer ser mejor, sino por el mero hecho de que el saber y el conocimiento son armas poderosísimas para que nadie te manipule, utilice o ningunee.

Cada examen que superan es un pequeño logro. Pero que puedan llegar a entender que la autosuperación es el mayor logro que se pueda alcanzar es la meta.

Y es que aun recuerdo lo bien que me sentí cuando una de las madres de los chavales me dijo "se nota que tienes vocación". Sentí que estaba haciendo algo bueno, que ayudaba con mis conocimientos y, la verdad, disfruto compartiéndolos a cada momento.

La gente no debería dedicarse a aquello que le llena más los bolsillos, sino a aquello que le llena más el corazón (pero si te lo recompensan... ¡mucho mejor!).
Soy escritor, y profesor. Y me encanta.

imagen extraída de necesitodetodos.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario