martes, 19 de enero de 2010

Y un paso para empezar a caminar:

Hola y gracias por dejarte caer por aquí y leer un rato.

Llevaba tiempo queriendo abrir un blog, pero siempre que lo intentaba acababa por desechar la idea, todo por miedos o inseguridad. ¿Le gustará a la gente que lo lea? ¿Se aburrirán? ¿Habrá alguien en este mundo lo suficientemente loco como para entrar, leerme y saber algo de mí?

Al final acabas comprendiendo que si abres un blog no es para los demás. No es para gustar a los demás. Ni siquiera para convencerles o para aburrirles.
Si decides abrir un blog es porque tienes esa necesidad irrefrenable de vaciar tu mundo interno, tus dudas, tus sueños e ilusiones, tus fantasías y/o tu modo de ver el mundo.
En definitiva, un lugar en el que vaciarte, o en el que llenarlo de tu propia esencia, como quien ama o se regala al mundo.

He decidido por fin regalarme a aquellos quienes quieran leerme, sin miedo a críticas, y con el deseo de que quien me lea se sienta cómodo y se lleve una parte de mí, una parte de mi mundo.

¿Quién sabe? Quizá disfrutéis tanto leyéndome como yo escribiendo. Qué suerte sería poder lograr eso y hacer sentir tan bien a la gente cuando me lee, como tan bien me siento cuando escribo.

Aquí empieza, pues, un viaje a un mundo infinito; mi mundo.

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